Si está pensando en despedirse de la empresa para montar su propio negocio o, si esa actividad extra que realizas durante tus horas de descanso ya ha crecido tanto que debes dedicarle más tiempo, deberías pensar como dejar la empresa en la que trabajas. Muchas veces despedirse de la empresa es algo difícil. No solo se dejan compañeros y conocidos, si no que además dejamos unos ingresos con los que estábamos haciendo frente a nuestra hipoteca, el colegio de los niños o el préstamo del coche.
Abandonar la empresa donde se trabaja no es una decisión fácil. Muchas veces, el freno que supone la comodidad de tener un ingreso fijo y un entorno controlado, hace difícil tomar la decisión de cambiar de trabajo o emprender.
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Motivos para despedirse de la empresa
Existen múltiples motivos para abandonar tu puesto de trabajo. Desde las situaciones más evidentes, como el acoso o el mobbing a otras no tan graves, pero que también encierran otras situaciones personales. Estas últimas como la desmotivación, el estancamiento en la carrera profesional o simplemente el sentimiento de vacío que deja el querer desarrollar tu trabajo de una manera más innovadora y simple.
Otro motivo para despedirse de la empresa, puede ser querer emprender en solitario una actividad económica, relacionada o no con tu desempeño actual, y que por falta del valioso tiempo, no puedes desarrollar.
Pasos a dar antes de la salida de la empresa
Evalúa los pros y contras de la salida.
Como no pude ser de otra manera, una decisión tan importante como abandonar una empresa, no puede tomarse a la ligera. Todos hemos oído hablar casos de éxito fulgurante después de abandonar repentinamente trabajos aburridos o tediosos, pero no siempre es así.
Abandonar un puesto de trabajo supone salir de la zona de confort, y a veces supone un gran cambio en el seno de la unidad familiar, en caso de tener pareja y/o hijos. Pueden cambiar horarios, rutinas, transportes, tiempos de descanso o incluso reducción de ingresos con los cuales hay que afrontar el sostenimiento de un hogar. Muchos son los factores y condicionantes a la hora de dar un salto tan importante.
Análisis de los motivos que llevan a abandonar la empresa
Por este motivo es conveniente realizar un análisis de los aspectos positivos y negativos que abandonar un puesto de trabajo supone. Para hacer este análisis llevaremos a cabo una serie de pasos. Estas indicaciones o pasos son meramente consejos personales, que reducen en la medida de lo posible la subjetividad y ayudan a tomar una decisión más racional y meditada.
- El primer paso es evaluar las necesidades que se tienen previas al abandono del puesto de trabajo y si, al menos, en gran parte, estas están cubiertas.
- Segundo paso: Determinar el objetivo de este cambio. Puede ser desde el propio desarrollo personal, hasta la propia mejora de ingresos a cambio de una menor «calidad» de vida. Puede que el objetivo sea simplemente cumplir con unas aspiraciones personales o llevar a cabo ese proyecto que tanto tiempo llevas pensando.
- Último paso. Una vez tienes las necesidades previas y lo que quieres tener, debes hacer una ponderación o dar un valor a todos esos motivos y necesidades. Puede ayudarte hacerlo mediante coeficientes o puntuaciones. De esta manera obtienes una valoración más clara de lo que de verdad obtienes y abandonas al tomar una decisión tan importante como la despedirte de la empresa.
Busca un interlocutor
Una vez has tomado la decisión de abandonar tu trabajo para abordar un nuevo proyecto en otra empresa o simplemente, emprendiendo por tu cuenta, es recomendable actuar con sigilo y prudencia. Cuando la marcha de la empresa sea conocida, no todos tus compañeros o jefes entenderán tu postura, e incluso algunos te darán la espalda o pensarán que les estas traicionando.
Por este motivo es importante que busques una persona «confidente». Esta persona en las grandes empresas puede ser desde un jefe a alguien del departamento de Recursos Humanos, en el caso de que la empresa lo tenga. En empresas de pequeño tamaño o micro empresas, esta búsqueda puede ser inútil y la noticia se deberá dar en orden a la jerarquía establecida.
En un primer acercamiento no aportes escrito alguno, ni comunicación «oficial», ya que simplemente se trata de enviar un mensaje con los motivos que te llevan a tomar esa decisión.
Remata los asuntos pendientes
En caso de que tengas posibilidad de acabar con tus tareas pendientes, hazlo con la mayor de las diligencias. No dejes cabos sueltos y evita que los problemas, si los hay, se enquisten más allá de tu marcha.
Habrá casos, en los que abandonar tu puesto suponga dejar una tarea o trabajo empezada e imposible de acabar. En esos casos procura definir un «heredero» o persona responsable, infórmala de todo y dala las herramientas y conocimientos que necesitará cuando tú abandones el puesto de trabajo.
No te cierres puertas y despídete
Ser un «bien queda» en este caso no está demás, eliminando las connotaciones negativas de la definición. Es decir, unido al punto anterior, facilita el trabajo a tu sucesor, ayuda a tus contactos y despídete de la mejor manera posible.
Como ya se ha indicado, habrá personas o toda la organización, que no entienda tu decisión. Evita explicar todos los motivos, sobre todo si estos pueden resultar desagradables. Es mejor que cada uno, según la información que posea, saque sus propias conclusiones.
Prepárate para cualquier cosa: Desde la indiferencia, el desprecio o incluso la ironía en muchos comentarios, incluso de aquellos a los que tienes aprecio.
Y si me mejoran las condiciones…
Muchas veces, para evitar la marcha de la empresa, te ofrecerán una mejora de condiciones. Desde la mejora del salario a la mejora de otros factores como horario o carga de trabajo.
Si tu objetivo era conseguir estas mejoras, amenazando con abandonar tu trabajo, lo has conseguido. Pero ten en cuenta que es un arma de doble filo. Es decir, si te quedas, probablemente, en caso de que tengan que despedir a una persona en un futuro, estás el primero en la lisa. Asume que eres el malo, aunque parezcas imprescindible, puede que estén buscando tu recambio desde ese mismo día. Si es así, perderás tu trabajo y si has renunciado a otro puesto en otra empresa, seguro que también lo dejarás atrás.
Por este motivo, te recomiendo que solo inicies el proceso si de verdad has tomado la decisión de abandonar tu puesto. En ese caso, ya no des marcha atrás y mira al futuro.
¿Qué debo hacer para despedirme de la empresa?
Además de completar este proceso con la mayor entereza posible, procura cumplir con todos los condicionantes legales y temporales. Da a la empresa el plazo suficiente para adaptarse a la nueva situación.
El plazo de preaviso en caso de baja voluntaria o de dimisión en el puesto de trabajo es de 15 días en caso de contratos de duración superior al año, incluso los de formación o temporales. Ten en cuenta que existen casos en los que este periodo de preaviso puede ser superior. Si no respetas este plazo, te podrán reducir el finiquito.
Ten en cuenta que al causar baja voluntaria no tendrás derecho a la indemnización, ni a la prestación por desempleo. Si tendrás derecho a la liquidación o finiquito que te corresponda.
Carta de dimisión
La comunicación de tu salida de la empresa, la deberás realizar mediante una carta donde se haga constar la fecha de la comunicación y la voluntad de causar baja en la empresa. En caso que los motivos sean considerados como falta por parte de la empresa o sus empleados, como en casos de acoso o mobbing, es conveniente hacerlos constar. Deberás hacerlo de manera que te queda constancia de que la misiva ha sido recibida.
Entrega esta carta, siempre que sea posible, de manera personal. A veces, la situación creada no ayuda a mantener ese trato cercano y personal y tendrás que echarle imaginación.